Esta ruta, aunque es de recorrido largo, no resulta demasiado exigente físicamente puesto que solo presenta desnivel reseñable en el primer tramo. Atraviesa lo que vamos a denominar los caminos del agua en Corvera de Toranzo: los ríos, los cursos del agua y las formaciones geológicas y geomorfológicas asociadas (dolinas y regatos), así como manantiales y bebederos, que tradicionalmente han sido elementos fundamentales en el devenir de las gentes que habitan el municipio.

Comenzamos la ruta desde el aparcamiento del Ayuntamiento de Corvera de Toranzo, en el pueblo de San Vicente, dirigiéndonos hacia la ribera del río Pas e incorporándonos a la vía verde.

El nacimiento del río está en la unión de varios arroyos, que nacen en las Peñas Negras y en las estribaciones de Castro Valnera.

Siguiendo la vía verde por este tramo del río, que viene desde Astillero y llega a Ontaneda, podemos observar que existen largos tramos del cauce del Pas canalizados para prevenir sus riadas, que históricamente han causado grandes pérdidas.

El Pas (con sus afluentes) fue uno de los ríos más salmoneros y trucheros de Cantabria, pero el estado ecológico que hoy presenta no permite esta consideración. Sin embargo, quedan zonas de aguas más limpias en las áreas más altas del curso del río.

Recorridos 1500 metros nos vamos acercando al núcleo de Ontaneda, donde giramos a nuestra derecha para encontrarnos el área de autocaravanas, considerada como el Mejor área de Cantabria 2022 por la prestigiosa página AREAS CAMPER, siguiendo hacia el Palacio de Ontaneda o de Semprún, lugar donde se hospedó Isabel II durante sus estancias de verano.

Es Ontaneda el núcleo más importante en cuanto a población, con más de 500 habitantes, donde nos encontramos una importante representación de casas tradicionales, servicios comerciales, hosteleros, la oficina de correos, el centro de salud… Destacamos, situada a la derecha de nuestro recorrido, la Iglesia de San Juan Bautista que existía ya en el siglo XVI datando la última restauración en su totalidad en 1889, a cargo del Arquitecto Alfredo de la Escalera y Amblard (1847-1928).

Unos metros más adelante cruzamos la parte Norte de núcleo de Ontaneda, atravesando la carretera nacional e introduciéndonos hacia una pista que nos llevará camino del pueblo Sel del Tojo.

A partir de este punto comenzaremos a ascender hasta pasados los 500 metros de altitud. En este tramo de recorrido nos debemos fijar en los diferentes elementos que integran el territorio. Por un lado, destacan los relieves alomados en donde encontramos numerosas dolinas y regatos. Por otro, los elementos formados por el hombre como los pastos, muros de piedra o las cabañas destinadas al ganado, que en los últimos años están cambiado el uso hacia viviendas de segunda residencia o alojamientos rurales.

A partir de aquí nos introducimos en un hábitat de la Red Natura 2000, formado por matorrales bajos y espesos de brezo, escajo y tojo, así como helechos y otras plantas de porte arbustivo. Una vez hayamos recorrido otros 3,5 kilómetros por la pista asfaltada habremos llegado al punto de más altitud (a nivel de carretera), y es aquí donde nos desviaremos a nuestra derecha para salirnos de la pista y subir unos 500 metros fuera de carretera (atravesando un pasto) hasta alcanzar un pequeño pinar desde donde obtendremos unas espectaculares vistas del valle y en el cual hallaremos un pozo de nieve muy próximo, utilizado en el pasado para conservar la nieve del invierno y darle uso durante el verano. Por tanto, esta reserva artificial de hielo era muy importante para los establecimientos hosteleros de Ontaneda y Alceda.

En este punto comenzará el descenso, cogeremos de nuevo la carretera que nos lleva hacia Sel del Tojo y nos desviaremos por una pista dirección Luena a los 3,5 km para visitar los restos de un magnífico molino, situado en la orilla del arroyo del Calabazo. La pista de acceso no está asfaltada y se toma a la derecha, antes de entrar en el núcleo de Sel del Tojo. Debemos de estar atentos a medida que avanzamos paralelamente al río porque el molino está detrás de una zona de maleza. Merece la pena su visita ya que es un elemento de alto valor patrimonial.

Una vez hayamos visitado el molino, volveremos a la pista de bajada que nos llevará hacia Sel del Tojo, donde podremos observar construcciones tradiciona¬les y cerramientos de piedra en las fincas destinadas al ganado, así como la ermita de Santa Isabel. A medida que descendemos altitud encontraremos masas forestales de formaciones mixtas y alguna pequeña parcela con repoblaciones de eucaliptos. El final de la carretera acaba en la carretera nacional, a la altura de Alceda.